Revisión de ‘Avatar: The Last Airbender’ de Netflix: una sorpresa agradable
La adaptación en acción real de Avatar: The Last Airbender en Netflix parecía una apuesta arriesgada desde el principio. ¿Por qué rehacer una de las series animadas más queridas de todos los tiempos, especialmente después de un intento anterior que fracasó tan estrepitosamente que el fandom preferiría olvidarlo por completo?
Sin embargo, aquí estamos, con Netflix apostando por este concepto de remake en acción real. Quieren construir una franquicia gigantesca basada en las múltiples temporadas del programa original, y posiblemente expandirla aún más con Korra. A pesar de un escepticismo generalizado, incluyendo el mío propio, considerando que el original es uno de mis programas favoritos, debo admitir que Avatar: The Last Airbender de Netflix es mucho mejor de lo que anticipaba. En última instancia, logró cautivarme.
A lo largo de la serie, se percibe el amor que el elenco y el equipo tienen por el material original. Aunque hubo ciertas declaraciones en entrevistas que levantaron algunas preocupaciones, en la práctica, no siento que esos cambios hayan perjudicado la esencia del conjunto. Más bien, se trata en su mayoría de homenajear a la serie animada. Se mantienen innumerables escenas y líneas idénticas al original, aunque se realicen algunos ajustes estructurales en aras de la adaptación. En mi opinión, estos cambios no resultaron especialmente perjudiciales.
Por supuesto, la serie no alcanza el nivel de la original. Es como intentar pintar la Mona Lisa con lápices de colores: podría ser impresionante por sí solo, pero sigue siendo un medio completamente diferente que nunca podría igualar la obra maestra original. Por lo tanto, creo que es justo ajustar las expectativas en ese sentido. No puedo predecir cómo reaccionarán los fanáticos más acérrimos ante la serie, y es probable que algunos no perdonen ciertos aspectos de la misma. Tampoco estoy seguro de cómo esta adaptación atraerá a nuevos fanáticos que no hayan visto el original, algo que sí logró la adaptación de One Piece de Netflix (¡que fue buena!). En última instancia, como fan, considero que hicieron un trabajo sólido.
El elenco es uno de los mayores aciertos aquí. Muchos señalaron lo bien que las elecciones de reparto se alinearon con los personajes animados, y en términos de capturar la esencia de esos personajes, realmente funciona. Desde el principio, debo elogiar especialmente la actuación de Dallas Liu como el Príncipe Zuko, quien logra transmitir la rabia enmascarada con maestría a lo largo de toda la serie. También destaca la elección de Paul Sun-Hyung Lee como Iroh, cuyo único defecto es… ser alto.